Una maestra muy sabia en El Día Mundial del Teatro dijo que los actores, o el verdadero actor/artista tiene sólo un maestro. Y como buen terco que soy, no lo creí. Y todavía no lo creo. Supongo que es algo que siempre me tiene que pasar. Si alguien me dice algo, me es difícil tomarlo como una verdad absoluta. Sobretodo cuando tengo la sensación de que he tenido muchos maestros, mentores y amigos que me han enseñado muchas cosas. ¿Cómo podría tener un solo maestro? ¿Si tengo más de uno, no seré un buen actor/artista? Días después, mi amigo y mentor que llamaré Kaed me dijo que él entendía. Que hay siempre un maestro que guía la poética, y el camino por el que uno transita durante su vida como artista. En su caso, el compartir. Que compartir su conocimiento y demás a guiado sus proyectos. En mi caso aún no lo sé. Y es que siento que he tenido muchos maestros. Personas que me han guíado y llevado por varios caminos. Mi primer maestra de teatro, que fue quien me emocio
Un amigo y maestro hace ya algún tiempo le encargó a su equipo de trabajo que "registrara" sus "momentos poéticos". Momentos que son pequeños (o insignificantes) pero que llegan a ser muy bellos y clarificadores de la vida. Como "el olor del café por la mañana" o cosas por el estilo. Es un ejercicio de observación, de memoria, de belleza. Que siempre sirve para un hombre escénico en formación... Por el simple hecho de que nos vamos dando cuenta de aquello que tendemos a pasar por alto, o como algo bello, pero, pasajero. He recopilado diferentes momentos en este poema. Después escribiré una reflexión sobre la observación para el actor. el olor de tierra mojada por la brisa mañanera el calor de la almohada al respirar en ella el brillo anaranjado cuando el Sol se oculta las nubes descansando encima de mi montaña los zapatos de la gente al tomar el autobús el sudor en la frente de un hombre del sur los ojos almendrados de una niña indígena